CAPÍTULO 6
-
Los
Libros Actuales del Nuevo Testamento
Muchos investigadores liberales sacan a la luz libros apócrifos que se
parecen a los mitos, pero en cuanto a los libros del Nuevo Testamento actual,
hay varias buenas razones por las que son parte de éste. Estudiaremos las
razones, primero desde el punto de vista de los cuatro Evangelios:
Los
cuatro evangelios actuales.
- Una pieza de evidencia es que
los autores son personas muy conocidas. Se los conoce por haber sido los mismos
apóstoles, o personas que estuvieron en contacto personal con los apóstoles. En
la iglesia primitiva no existen indicios que sugieran que los Evangelios
conocidos por los nombres de sus autores pudiesen haber sido escrito por otras
personas. Cuando se trata de libros apócrifos, no sabemos quiénes fueron sus
autores, y no son comúnmente conocidos ni valorados.
- Aproximadamente en el 180 D.C. Irineo, que estuvo relacionado con
Policarpo, el discípulo del Apóstol Juan, escribió: “Los cuatro evangelios
pueden ser considerados tan claros y naturales como los cuatro puntos
cardinales.” Eso muestra cuán estimados eran en aquella época los cuatro
evangelios actuales.
- Orígenes, un Padre de la Iglesia (a. 230 D.C.) también se refiere a
los cuatro evangelios. Él dice: “Los
cristianos tienen los cuatro evangelios, los heréticos una gran cantidad de
ellos.” (Edwin M. Yamacchi, "The word
from Nag Hammadi", Christianity today, 13.1.1978)
- El canon de Muratori, datado aproximadamente en el año 170 D.C.,
obviamente también se refiere a los cuatro evangelios. La copia más antigua del
texto ha sido parcialmente destruida, pero en la parte posterior se hace constar
cómo el evangelio de Lucas es el tercer evangelio, y el de Juan el siguiente
después de Lucas. Parece que los primeros evangelios fueron escritos por Mateo
y Marcos.
- Cerca del año 160 D.C. el apologeta sirio Tatiano dio a conocer una
combinación de cuatro evangelios que fue llamada Diatessaron. Este libro era
una combinación de los cuatro Evangelios canónicos: Incluye partes de cada uno
de los cuatro Evangelios. En la actualidad este texto es importante porque nos
muestra cuánto se valoraban estos cuatro Evangelios y cómo formaban parte del
canon.
- Los papiros Chester Beatty encontrados en 1930 inicialmente incluían
los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles y las actuales cartas de Pablo.
Estos papiros que fueron datados a los comienzos del siglo 3 indican que los
actuales libros del Nuevo Testamento ya habían sido recolectados.
- Un oponente del cristianismo llamado Celsus, que vivió en el siglo 2,
también confirma indirectamente el estatus de los actuales Evangelios. En sus
ataques, este incrédulo menciona casi todos los temas y doctrinas de los
Evangelios y cita al Nuevo Testamento ochenta veces, porque contenían los
escritos sagrados de los cristianos. Él cita de manera precisa los actuales
cuatro Evangelios.
Otra
evidencia a favor de los actuales libros del Nuevo Testamento
- Otras fuentes confirman. Como ya hemos señalado,
las partes esenciales de las otras Fuentes son idénticas a los escritos de los
discípulos. Estas fuentes confirman numerosos detalles del libro de los Hechos
de los Apóstoles y los Evangelios.
- Citas de los festivales de la iglesia. Han sido preservadas
aproximadamente 89,000 citas de festivales religiosos del tiempo anterior al
siglo 5˚ refiriéndose a los actuales libros del Nuevo Testamento, y con
ellas se podría reconstruir todo el Nuevo Testamento con excepción de 11
versículos, si no se hubieran preservado otros libros del Nuevo Testamento.
Esto demuestra cuán apreciados ya eran los actuales libros del Nuevo Testamento
en la iglesia primitiva.
- El número de copias de manuscritos. Miles de versiones
manuscritas de los actuales libros del Nuevo Testamento han sido preservadas.
Eso no sucede con muchos libros apócrifos: fueron preservadas pocas copias, no
eran comúnmente conocidas, y se sabe que
fueron escritas más recientemente.
- Parte de Dios. Si Dios quiso enviar a Cristo a pagar por
nuestros pecados, no hay razón para suponer que Él no sería capaz de asegurarse
de que Su mensaje fuera preservado en libros y que solo los libros auténticos
llegaran a formar las Escrituras del Nuevo Testamento. Esto es lo único que
cabe esperar si creemos en un Dios sobrenatural.