CAPÍTULO
3 -
¿Se conservó sin cambios el texto bíblico?
Algo que ha sido sostenido ocasionalmente es que la Biblia ya no está en
su forma original, puesto que su texto ha cambiado hasta cierto punto. Se ha
sugerido que posiblemente el texto que leemos hoy día no sea en ningún aspecto
similar al original. Si examinamos esta suposición, encontramos evidencia
contra ella:
Abundancia de manuscritos.
Aunque los textos originales del Nuevo Testamento no han sobrevivido,
muchas copias de tiempos muy tempranos han sido preservados, y eso demuestra
que el texto es el mismo. Como regla general, cuanto más grande el número de
manuscritos de un texto que han sido preservados, más fácil resulta verificar su
forma original.
Existen más de 24,000
manuscritos del Nuevo Testamento o partes de éste, en griegos y otros idiomas
(de los años 100 a 400 A.D.). Si comparamos esto con el segundo manuscrito más antiguo,
la Ilíada de Homero (de la cual hay sólo 643 documentos en existencia) – estos
manuscritos antiguos representan una enorme muestra - , una cantidad casi 40
veces más grande que los textos de la Ilíada. Otro ejemplo, los textos de la
guerra de César en Galia incluyen apenas 10 documentos, un número muy pequeño
comparado con el número de documentos del Nuevo Testamento. A pesar de ello,
nadie duda de la confiabilidad de estos textos. La siguiente lista describe el
número de copias disponibles (datos de “Christianity:
Hoax or History?” por Josh Mc Dowell):
Obra
Cesar
Livius
Platón
(tetralogías)
Tácito
(anales)
Tácito
(obras menores)
Plino el joven (historia)
Thukydides
(historia)
Suetonius
(De Vita Caesarum)
Heródoto (historia)
Horacio
Sófocles
Lucrecio
Catullus
Eurípides
Demóstenes
Aristóteles
Aristófanes
Homero (Ilíada)
Nuevo Testamento
|
Número
de copias
10
20
7
20
1
7
8
8
8
193
2
3
9
200
49
10
643
más
de 24,000
|
Breve intervalo. El intervalo de tiempo entre un texto original y su
copia más antigua puede darnos una visión de la calidad de su preservación.
Generalmente, cuanto más breve el intervalo entre la creación de un texto
original y su primera copia, tanto más posibilidades existen de que el texto no
haya sido cambiado.
En ese sentido, el Nuevo
Testamento está en una buena posición. El intervalo promedio entre la creación
de una obra escrita original y su copia más antigua es de aproximadamente 1,000
años. Para los libros del Nuevo Testamento, sólo décadas (dependiendo del
tiempo en que fue escrito el Evangelio de Juan) separan el original de la copia
–un periodo de tiempo considerablemente mucho más corto que el de otros textos.
Este corto intervalo de tiempo y el gran número de copias prueban que los
textos del Nuevo Testamento han sobrevivido en su forma original.
La siguiente lista muestra el
intervalo entre el original y la copia más vieja de varios textos antiguos
(información de: “Christianity: Hoax or History?” por Josh McDowell):
Obra
Cesar
Livius
Platón
(tetralogías)
Tácito
(anales)
Tácito
(obras menores)
Plino el joven (historia)
Thukydides
(historia)
Suetonius
(De Vita Caesarum)
Heródoto (historia)
Horacio
Sófocles
Lucrecio
Catullus
Eurípides
Demóstenes
Aristóteles
Aristófanes
Homero (Ilíada)
Nuevo
Testamento
|
Intervalo
entre el original y la copia más antigua
1,000
años
1,200 años
1,000 años
900 años
750 años
1,300 años
800 años
1,300 años
900
años
1,400 años
100 años
1,600 años
1,500 años
1,300 años
1,400 años
1,200 años
500 años
25 años
|
El mismo texto. Los textos del Nuevo Testamento fueron preservados
en muchos manuscritos antiguos, y aún así hay muy pocas diferencias –tan pocas,
que desde un punto de vista práctico son insignificantes. En cuanto a la
uniformidad de los textos, F.C. Grant afirmó:
“Para un lector atento es evidente que (…) las comprobaciones no han
afectado ni siquiera a una sola doctrina de la fe Cristiana, por la simple
razón de que aunque son miles lecturas posibles de los manuscritos, de ese
grupo no ha aparecido todavía una que requiriese rever la doctrina cristiana.”
(13)
Sobre el mismo tema también sir Frederic Kenyon comentó:
“El intervalo del escrito original y la copia más
antigua es tan corto que es insignificante, y el último motivo para dudar si la Biblia ha sido
esencialmente alterada ha sido removido. La autenticidad de los libros del
Nuevo Testamento, que éstos son genuinos y sin cambios, ahora puede
considerarse completamente confirmada.” (14)
Copias del Nuevo Testamento. Otra evidencia a favor de
la autenticidad de los libros del Nuevo Testamento son las antiguas citas de
los padres apostólicos de sus cartas durante las celebraciones de festivales
religiosos 300 años después de la vida y muerte de Jesús. Aún cuando partes o
copias del Nuevo Testamento no han sobrevivido, todavía podríamos reconstruir
prácticamente todo el Nuevo Testamento (exceptuando 11 versículos) con las
citas que han sido preservadas. De acuerdo con una investigación hecha por el
Museo Británico, es posible hallar cerca de 89,000 pasajes del Nuevo Testamento
entre los escritos de la iglesia primitiva. Ese número es muy importante, e
indica lo mucho que se utilizaba el Nuevo Testamento ya en los primeros
tiempos. Refiriéndose a la cantidad de estas citas, Sir Frederic Kenyon afirmó:
“No podemos enfatizar demasiado que
el texto principal de la Biblia –en este caso el Nuevo Testamento- es
infalible. La cantidad de manuscritos del Nuevo Testamento, las primeras
traducciones y las citas de los primeros escritores de la iglesia es tan grande
que es prácticamente seguro de que por cada pasaje que ha estado bajo sospecha,
la lectura correcta ha sido preservada, por lo menos en algunos de esos textos.
Esto no puede decirse de ningún otro libro antiguo del mundo.” (15)
EL TEXTO DEL NUEVO TESTAMENTO. En los párrafos previos
hemos tratado principalmente con los textos del Nuevo Testamento. Sin embargo,
también hay evidencia respaldando la preservación de los textos del Antiguo
Testamento:
Citas en el Nuevo Testamento. Una buena pieza de
evidencia es que en el Nuevo Testamento hay citas del Antiguo Testamento y
referencias al mismo. Hasta hay varios centenares de estas citas y aparecen,
por ejemplo, en los dichos de Jesús y también en las cartas de Pablo.
Es esencial darse cuenta de
que esas centenas de citas comprueban la exactitud del Antiguo Testamento.
Ellos muestran que los textos eran idénticos al original, del mismo modo que
las citas de pasajes de libros del Nuevo Testamento durante las celebraciones
religiosas indican la exactitud de los libros del Nuevo Testamento. Demuestran
que los textos del Antiguo Testamento – de los cuales el más reciente alcanzó
su forma definitiva unos 400 años antes - no fueron cambiados.
Los rollos del Mar Muerto son otra demoledora pieza
de evidencia en el caso de la veracidad de los textos. Estos rollos, el más
antiguo de los cuales data de alrededor del 300 A.C., fueron encontrados cerca
del Mar Muerto. Su texto no se desvía del texto de los modernos libros del
Antiguo Testamento. Al contrario, estos rollos –en los que se encontraron todos
los libros del Antiguo Testamento excepto el libro de Ester – son absolutamente
similares a los utilizados actualmente. Por ende, la acusación de que se han
hecho cambios al Antiguo y/o al Nuevo Testamento, es falsa. No hay pruebas para
sostener eso. En vez de ello, se nos brindan varias pruebas materiales de que
la verdad es exactamente lo contrario: estos textos han sido preservados
fielmente.