CAPÍTULO 9 -
¿Cuándo vivieron los dinosaurios?
En cuanto a los dinosaurios, se
piensa que estos enormes animales no pudieron haber vivido en el pasado
inmediato, al mismo tiempo que los humanos. En cambio, se sugiere que vivieron
hace aproximadamente 200 a 65 millones de años atrás, hasta que se extinguieron
repentinamente. Usualmente se piensa que la extinción fue causada por un
meteorito. (El
tamaño es relativo. Si comparamos la ballena azul moderna con los dinosaurios,
descubrimos que la ballena es mucho más grande que los dinosaurios. Se
considera el animal más grande de todos los tiempos. Una ballena azul pesa
alrededor de 130 toneladas, mientras los dinosaurios más grandes pesaban sólo
70 toneladas, de modo que la ballena casi dobla en tamaño a los dinosaurios. Si
se encontrara el esqueleto de una ballena azul hoy en día y la especie
estuviera extinta, ¿la consideraríamos tan antigua como los dinosaurios?
Posiblemente.)
Sin embargo, algunas
evidencias sugieren que los dinosaurios no vivieron en la Tierra hace tanto
tiempo. Algunas evidencias parecen insinuar que vivieron hace sólo un par de
milenios, no millones de años atrás. A continuación estudiaremos estas
evidencias:
Historias. Una prueba de que los dinosaurios
hayan vivido en el pasado inmediato es vista en muchas historias y
descripciones de grandes dragones y pterosaurios. Estas descripciones –que
pueden estar basadas en viejas tradiciones– suelen encontrarse en diferentes
naciones: se las menciona en la literatura inglesa, irlandesa, danesa, noruega,
alemana, griega, romana, egipcia y babilónica. The World Book Encyclopedia (Vol. 5, 1973, pág. 265) describe estas
historias:
Los dragones de las leyendas son, aunque parezca
extraño, animales reales que vivieron en el pasado. Se ven como los grandes
reptiles (dinosaurios) que reinaban la tierra mucho antes de que el hombre
apareciera. Los dragones son generalmente considerados como malos y
destructivos. Cada nación se refirió a ellos en su mitología.
También pueden mencionarse las siguientes observaciones:
- Marco Polo habló de enormes animales que había
visto en la India y que eran considerados como dioses.
- Las descripciones e historias acerca de dragones
son muy populares en China. Por ejemplo, en una historia china un hombre
llamado Yu se enfrentó a dragones mientras drenaba pantanos. Esto sucedió tras
una gran inundación mundial.
- Los egipcios han descripto al dragón Apofis como
enemigo de su rey Ra. De manera semejante pueden encontrarse descripciones de
dragones en la literatura babilónica. Por ejemplo, se dice que el conocido
Gilgamesh mató un dragón.
- Se dice que el griego Apolo mató una pitón en la
gruta de Delfos. El asesino de dragones más notable en los mitos de los
antiguos griegos y romanos fue un hombre llamado Perseo.
- Las descripciones de serpientes voladoras en Arabia
hechas por el griego Heródoto (circa 484-425 A.C.) han sido preservadas. Él
describe hábilmente algunos pterosaurios. (Rein, E., El III-IV Libro de Heródoto, pág. 58 y Libros VII-IX, pág. 239, WSOY, 1910).
- Historia Animalium menciona que todavía había “dragones” en los 1500, pero que se habían
reducido considerablemente en tamaño y eran escasos.
- El científico italiano Ulises Aldrovandi ha
descripto con precisión un pequeño dragón en una de sus publicaciones.
- Los dinosaurios y los dragones son parte del
folclore de muchas naciones. Además de china, esto ha sido común entre las
naciones de Sudamérica.
También Juan Damasceno, el último de los Padres de la
Iglesia Ortodoxa, que nació en el año 676 DC, describe dragones lohikäärmeistä (The Works of St.
John Damascene, Martis Publishing House, Moscow, 1997) de la siguiente manera:
El romano Dión Casio (155-236 DC), que escribió la
historia del Imperio Romano y la República de Roma, describe las luchas del
cónsul romano Régulo en Cartago. Un dragón fue muerto en la batalla. Le
quitaron el cuero, que fue enviado al senado. Por orden del senado, la piel fue
medida y tenía 120 pies de largo (alrededor de 37 metros). La piel se mantuvo
en el templo en las colinas de Roma hasta el año 133 AC, cuando desapareció
porque los celtas ocuparon Roma. (Plinio, Historia
Natural. Libro 8, Capítulo 14. Plinio mismo dice haber visto el trofeo en
cuestión en Roma). (37)
En la Biblia, el libro de Job, Behemot y
Leviatán parecen referirse a los dinosaurios. Por lo que a Behemot respecta, se
dice que su cola era como un cedro (de
ninguna manera puede referirse esto a un hipopótamo, por ejemplo), que
tenía los tendones y los huesos muy unidos como tubos de latón. Con respecto a
la cola de cedro que tenía esta criatura, vale la pena notar que no se conoce
ningún animal hoy en día cuya cola encaje con esta descripción. Sin embargo, esto
bien podría describir un dinosaurio. Además, su paradero entre las cañas y los
lugares húmedos se ajusta a los dinosaurios, porque muchos de ellos vivían
cerca de las costas:
- (Job 40:15-23) “He aquí ahora behemot, el cual hice como a ti; Hierba
come como buey.
16. He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, Y su vigor en los
músculos de su vientre.
17. Su cola mueve como un cedro, Y los nervios de sus muslos están
entretejidos.
18. Sus huesos son fuertes como bronce, Y sus miembros como barras
de hierro.
19. El es el principio de los caminos de Dios; El que lo hizo, puede
hacer que su espada a él se acerque.
20. Ciertamente los montes producen hierba para él; Y toda bestia del
campo retoza allá.
21. Se echará debajo de las sombras, En lo oculto de las cañas y de
los lugares húmedos.
22. Los árboles sombríos lo cubren con su sombra; Los sauces del arroyo
lo rodean.
23. He aquí, sale de madre el río, pero él no se inmuta; Tranquilo
está, aunque todo un Jordán se estrelle contra su boca.
Leviatán es otra criatura interesante que se menciona en el libro de
Job. Se dice que era el rey de los animales y existe una descripción acerca de
cómo escupía fuego por su boca. (En el
reino animal es conocido el llamado escarabajo bombardero, que puede proyectar
un fluido caliente –100°C– directamente a su atacante). Es posible que
muchas historias acerca de dragones que pueden escupir fuego de sus bocas se
originen en esta. La siguiente descripción es mencionada en el libro de Job:
- (Job 41:1, 2, 9,13-34) “¿Sacarás tú al leviatán con anzuelo, O
con cuerda que le eches en su lengua?
2. ¿Pondrás tú soga en sus narices, Y horadarás con garfio su quijada?
9. He aquí que la esperanza acerca de él será burlada, Porque aun a
su sola vista se desmayarán.
13. ¿Quién descubrirá la delantera de su vestidura? ¿Quién se acercará a
él con su freno doble?
14. ¿Quién abrirá las puertas de su rostro? Las hileras de sus
dientes espantan.
15. La gloria de su vestido son escudos fuertes, Cerrados entre sí
estrechamente.
16. El uno se junta con el otro, Que viento no entra entre ellos.
17. Pegado está el uno con el otro; Están trabados entre sí, que no se
pueden apartar.
18. Con sus estornudos enciende lumbre, Y sus ojos son como los párpados
del alba.
19. De su boca salen hachones de fuego; Centellas de fuego
proceden.
20. De sus narices sale humo, Como de una olla o caldero que hierve.
21. Su aliento enciende los carbones, Y de su boca sale llama.
22. En su cerviz está la fuerza, Y delante de él se esparce el
desaliento.
23. Las partes más flojas de su carne están endurecidas; Están en él
firmes, y no se mueven.
24. Su corazón es firme como una piedra, Y fuerte como la muela de
abajo.
25. De su grandeza tienen temor los fuertes, Y a causa de su desfallecimiento
hacen por purificarse.
26. Cuando alguno lo alcanzare, Ni espada, ni lanza, ni dardo, ni
coselete durará.
27. Estima como paja el hierro, Y el bronce como leño podrido.
28. Saeta no le hace huir; Las piedras de honda le son como paja.
29. Tiene toda arma por hojarasca, Y del blandir de la jabalina se
burla.
30. Por debajo tiene agudas conchas; Imprime su agudeza en el suelo.
31. Hace hervir como una olla el mar profundo, Y lo vuelve como una olla
de ungüento.
32. En pos de sí hace resplandecer la senda, Que parece que el abismo es
cano.
33. No hay sobre la tierra quien se le parezca; Animal hecho exento de
temor.
34. Menosprecia toda cosa alta; Es rey
sobre todos los soberbios.
Dibujos. Una prueba de que los
dinosaurios y los humanos vivieron en la Tierra al mismo tiempo puede verse en
dibujos, pinturas y estatuas de dinosaurios. Se encuentran en casi todas las
culturas y religiones, y las historias de ellos también son comunes.
También es interesante el hecho
de que hay dibujos de estos animales incluso en las paredes de cuevas y
cañones. Estos descubrimientos se han hecho al menos en Arizona y cerca de la
antigua Rhodesia (Wysong.
R.L., The Creation-evolution controversy, pp. 378,380). Por ejemplo en Arizona en
1924, mientras se estudiaba la gran pared de una montaña, se descubrió que
dibujos de distintos animales habían sido tallados en la piedra, tales como
elefantes y rafíceros comunes, pero también una obvia ilustración de un
dinosaurio (Gulbrandsen Thoralf: Puuttuva
rengas [Jakten på apemennesket],
1957, pág. 91). Esto indica que los humanos y los animales previamente
mencionados debieron haber vivido simultáneamente en la Tierra. (Arriba hablamos acerca de un antiguo
relieve maya en el cual un ave que se ve como un Archaeopteryx o el pájaro lagarto fue descripta. Según la visión
evolutiva, esta ave debió haber vivido al mismo tiempo que los dinosaurios.)
Además, ha sido preservada evidencia
del pterosaurio cuya envergadura pudo haber sido de más de 15 metros y que se
cree que se extinguió decenas de millones de años atrás. La descripción de
abajo hace referencia a estas criaturas y cómo han aparecido dibujos de ellas
incluso en la alfarería:
El lagarto volador más grande
era el pterosaurio cuya envergadura pudo haber sido de más de 17 metros. (…) En
la publicación BBC
Wildlife (3/1995,
Vol.13), Richard Greenwell especuló acerca de la existencia del pterosaurio hoy
en día. Él
cita al investigador A. Hyatt Verrill y la alfarería peruana que encontró. Un
lagarto muy parecido al pterodáctilo fue descripto en la alfarería.
Verrill
cree que los artistas usaron fósiles como modelos y escribe:
Por siglos, descripciones
precisas e incluso dibujos de los fósiles del pterodáctilo han sido
transmitidos de generación en generación, mientras los ancestros del pueblo
coclé vivían en un país donde existían
restos bien preservados de los pterosaurios.
Además, los indios norteamericanos
estaban familiarizados con el pájaro de fuego, cuyo nombre también se tomó para
una marca de coches. (38)
Huesos de dinosaurios entre huesos de mamíferos. Una indicación de que los dinosaurios no vivieron hace demasiado tiempo
es que sus huesos han sido descubiertos entre huesos que se parecen a los de
caballos, vacas y ovejas (Anderson, A.,
Tourism falls victim to tyrannosaurus, Nature, 1989, 338, 289 / Dinosaurus may
have died quietly after all, 1984, New Scientist, 104, 9.). Generalmente, se asume que tales descubrimientos no pueden ser posibles,
porque se piensa que los mamíferos aparecieron en la Tierra después que los
dinosaurios se extinguieran. Sin embargo, estos hallazgos se refieren a su
existencia simultánea. El hecho de que se hayan hecho estos descubrimientos es
sólo un indicio de que la escala de tiempo geológico y los largos períodos de
tiempo frecuentemente no tienen fundamento y, de hecho, no son para nada
ciertos. Los dinosaurios y los mamíferos bien pudieron haber vivido al mismo
tiempo sobre la Tierra.
Fósiles en buenas condiciones. Con
respecto a los fósiles de dinosaurios que se han encontrado, un aspecto notable
es que varios de ellos se encuentran en buen estado. ¡No se han encontrado sólo
fósiles dilapidados sino también esqueletos completos, tejidos blandos
preservados, huesos y piel no fosilizados! (También
se han hecho hallazgos similares de mamuts – se piensa que los mamuts vivieron
mucho más cerca en el pasado.) Un buen ejemplo de esto es un fósil de
dinosaurio casi perfecto que fue descubierto en una capa de piedra caliza de
Pietraroia, al sur de Italia, que se considera tiene 110 millones de años según
la teoría de la evolución, pero cuyos tejidos del hígado, intestinos, músculos
y cartílagos todavía estaban allí. Un detalle sorprendente de este
descubrimiento fue un intestino preservado que todavía incluía tejido muscular.
Según los investigadores, ¡el intestino se veía como si recién hubiese sido
cortado! (TREE, Agosto de 1998, Vol.
13, tema 8, págs. 303-304)
En lo que a los huesos de
dinosaurios respecta, deberíamos observar que varios de los huesos aún no están
fosilizados y contienen exactamente los mismos ingredientes que los huesos
frescos. Esto es extraño, porque los huesos deberían tener decenas de millones
de años. Este tipo de hallazgo de huesos indica que la teoría de que los
fósiles de dinosaurios tienen millones de años es cuestionable. En realidad
sólo deben tener unos pocos miles de años de antigüedad:
C. Barreto examinó los huesos de dinosaurios jóvenes
con su grupo de trabajo (Ciencia,
262: 2020-2023). Es interesante resaltar que los huesos examinados que tienen
–según la teoría de la evolución– de 72 a 84 millones de años aún no han sido
fosilizados. Sus contenidos de calcio y fósforo son los mismos que los de
huesos actuales. La publicación original revela los bien preservados detalles
microscópicos de los huesos.
(…)
Huesos de dinosaurios también han sido encontrados en Alaska
(Journal of
Paleontology (1987), Vol. 61, No 1, págs. 198-200):
Un ejemplar incluso más
impresionante fue hallado en la costa norte de Alaska, donde miles de huesos
estaban casi completamente no fosilizados. Los huesos se veían como los viejos
huesos de una vaca. Los descubridores no reportaron su hallazgo por veinte
años, porque asumieron que los huesos eran de búfalos, no dinosaurios.
¿Cómo puede ser posible que se hayan preservado los
huesos por más de 65 millones de años? El frío no habría ayudado, porque en la época
de los dinosaurios el clima era cálido y la actividad descomponedora de los
microbios habría destruido los huesos. Han sido descubiertos huesos de
dinosaurios que se ven frescos. Es muy difícil entender cómo pudieron haber
sido preservados en tan buenas condiciones hasta por un millón de años. (39)
Células, proteínas y ADN sanguíneos. Otra notable observación es que ha sido posible separar los restos de
células, proteínas y ADN sanguíneos de los fósiles de dinosaurios. Lo extraordinario
es que estos materiales no deberían preservarse en la naturaleza por más de
50.000 años, sin mencionar millones de años. Es una cuestión de hallazgos
bastante parecida a la aparición de radiocarbono en los fósiles de estratos
cámbricos. Cualquiera de estos materiales, radiocarbono, células, proteínas y
ADN sanguíneos no debería aparecer, si fuera una cuestión de fósiles y de
estratos cuya edad es de millones de años.
El hecho de que continuamente se hicieran estos hallazgos sólo sugiere que
los dinosaurios no pueden tener tantos años como se supone. En cambio, esta y
otras observaciones sugieren que vivieron en la Tierra hace sólo algunos
milenios, y que el período cámbrico sucedió en el pasado inmediato. No existe
otra posibilidad:
Si las observaciones relativas a las proteínas, tales como la albúmina,
el colágeno, la osteocalcina y el ADN, que han sido separadas de los huesos de
dinosaurios son ciertas – y no tenemos motivos para dudar del esmero de los
investigadores – los huesos deben (basados en estos resultados) datar de hace
40 a 50.000 años como mucho, ya que este es el tiempo de preservación posible
más elevado en la naturaleza para este tipo de materiales. Esta situación
paradójicamente resalta los problemas que a menudo surgen de investigaciones
excelentes. Decisiones que pueden hacer tambalear el fundamento de los
“millones de años” requeridos por la teoría de la evolución no son publicados,
porque mucha gente tiene miedo de que su financiación se termine y sean objeto
de burla por parte de la comunidad científica. (40)
La siguiente cita también hace referencia a células sanguíneas
encontradas en fósiles de dinosaurios. Estos hallazgos no podrían realizarse si
los dinosaurios realmente se hubieran extinguido hace 65 millones de años.
Hallazgos como este claramente indican que la escala de tiempo geológico y el
principal método fósil están completamente equivocados. No necesitamos confiar
en ellos porque muchas observaciones se refieren a períodos cortos:
Cuando Mary Schweitzer tenía cinco años, anunció que
se convertiría en una investigadora de dinosaurios. Su sueño se volvió realidad
y, a la edad de 38 años, pudo estudiar el esqueleto casi perfectamente
conservado de un Tyrannosaurus rex hallado
en Montana en 1998 (Journal of American Medical Association, 17 Nov.
1993, Vol. 270, No 19, pp. 2376–2377). Se estimó que la edad del esqueleto era
de “80 millones de años.” Tanto como el 90% de los huesos fueron encontrados
intactos. Schweitzer se especializa en la investigación de tejidos y se llama a
sí misma una paleontóloga molecular. Ella seleccionó el fémur y la tibia del
hallazgo y decidió examinar la médula ósea. Schweitzer observó que la médula
ósea no había sido fosilizada y que había sido increíblemente bien preservada.
El hueso era completamente orgánico y extremadamente bien preservado.
Schweitzer lo estudió con un microscopio y observó curiosas estructuras. Éstas
eran pequeñas y circulares y tenían un núcleo, tal como las células rojas de la
sangre en una vena. Pero las células de la sangre debieron haber desaparecido
de los huesos del dinosaurio hace mucho tiempo. “Obtuve elementos como si
estuviese estudiando una muestra de hueso moderno,” dice Schweitzer.
“Naturalmente, no podía creer lo que estaba viendo y le dije al técnico del
laboratorio: “Estos huesos tienen 65 millones de años, ¿cómo pudieron las
células de la sangre haber sido preservadas por tanto tiempo? (Science, julio de 1993, Vol. 261, págs.
160-163). Lo que resulta significativo de este descubrimiento es que no todos
los huesos habían sido fosilizados completamente. Gayle Callis, un investigador
especialista en huesos, exhibió las muestras óseas en una reunión científica
donde un patólogo incidentalmente las vio. El patólogo remarcó: “¿Sabía que
hay células sanguíneas en ese hueso?” Esto condujo a una novela de suspenso
extraordinaria. Mary Schweitzer le enseñó la muestra a Jack Homer, un famoso
investigador de dinosaurios, quien miró la muestra y dijo, “¿Con que piensa
que hay células de sangre en este hueso?”, a lo que Schweitzer respondió, “No,
no creo.” “Bueno entonces, sólo intente demostrar que no son células de
sangre,” respondió Homer. (earth, 1997, June: 55–57, Schweitzer et al., The Real
Jurassic Park). Jack Homer presume que los huesos son tan gruesos que el
agua y el oxígeno han sido incapaces de afectarlo. (41)
Jari Iivanainen